Esta semana vamos a hablar de ficción y de una de las preguntas que menos me gustan en la vida real: ¿cuál es el plan? (que en general me preguntan para saber cómo voy a resolver algún problema).
La planificación es una herramienta que ayuda a los chicos a ver la historia completa antes de sentarse a escribir.
Para el uso que le vamos a dar con nuestros hijos que están en primaria, la planificación no es algo formal, pero sí muy útil y hasta necesario. Después de la primaria, los chicos van a tener que planificar lo que quieran escribir cuando tengan que hacer ensayos o trabajos más complicados en la secundaria o la universidad, pero por ahora la planificación tiene que ser algo muy simple. Preguntale a tus hijos sobre qué van a escribir, ¡y listo!
Pero no se vayan todavía. Quiero convencerlos de que la planificación es muy útil y va a simplificar la tarea de escribir para los chicos.
Cuando doy clases, es indispensable planificar, me ayuda a ver todas las partes de la clase, voy viendo cómo diferentes partes se conectan, y me doy cuenta de cosas que puedan estar faltando. Escribo la lista de materiales que necesito para que no me falten ese día que voy a enseñar.
Pero podemos ser espontáneos aun teniendo un plan. Podemos cambiar cosas sobre la marcha si vemos que lo que habíamos planeado no funciona, podemos ser creativos y flexibles. Siempre saber hacia dónde vamos nos da mayor libertad para crear. Nos da la dirección y la confianza para avanzar.
¿Cómo trasladamos esto a la escritura?
Prueben esto: siéntense a escribir. Empiecen con una oración. Ahora otra. ¿Tienen idea hacia dónde van con esto? Esta historia es una sucesión de oraciones, ¿o hay una trama? La planificación nos ayuda a ver la historia global y contestar estas preguntas.
¿De qué está hecha una historia?
Cuando hablamos de ficción, pensamos en personajes (o al menos un personaje). ¿Qué quiere este personaje? ¿Qué quiere hacer?
Los personajes de nuestro cuento, ¿dónde están? ¿Y cuándo transcurre la historia? Necesitamos un marco temporal y espacial.
Y después, el problema.
Las historias necesitan problemas, los personajes necesitan desafíos
Leamos esta historia corta:
Una nena fue a la escuela y las trenzas no se le desarmaron en todo el día. Se comió un sándwich y una manzana, y jugó con su mejor amiga. Fin.
¿Ya se durmieron? ¿Qué problema hay en esta historia? Ninguno. Entonces, tenemos un problema con esta historia.
Los cuentos donde no hay ningún problema son mucho menos interesantes. Cuando hablo de problemas, no hace falta que desaparezcan todas las galletitas de chocolate del mundo, o que los extraterrestres nos invadan. No tiene porqué ser algo tan dramático. Pero algo tiene que suceder. La nena no encuentra su sándwich y de golpe ve un mono bajando de un árbol en el patio de la escuela, estirando su mano para agarrar la manzana. Un desafío hace que los personajes reaccionen, y nos ayuda a desarrollar la historia para que no sea un álbum de fotos sino una película de acción. Acción quiere decir que los personajes están haciendo algo, no son simples espectadores.
Las historias necesitan problemas, los personajes necesitan desafíos
Volviendo a la planificación
Planificar quiere decir hacer un plan, eso es todo.
Por ejemplo, preguntale a tu hija, ¿sobre qué vas a escribir? Ella piensa un rato y te responde que va a escribir sobre un perro.
Perfecto. Vamos a conocer a este perro. A este cachorro (supongamos que tu hija decidió que es chiquito) ¿qué le gusta hacer? ¿Dónde vive? ¿Qué aventuras o problemas encuentra? ¿Va a conocer a otros amigos perrunos en esta historia?
Pregúntenles a los chicos cuales van a ser las diferentes partes de la historia: los personajes, el marco y el problema, y dejen que ellos decidan. Después, cuando ya tengan un personaje en un marco determinado con un problema, queremos saber qué va a pasar, la gran solución. Ahí lo tienen, ¡un cuento listo!
Si es más fácil para ellos escribir un plan para cada parte por adelantado (por ejemplo, una oración para explicar quiénes son los personajes, otra para el marco, otra para el problema), pueden hacerlo antes de escribir la historia. Pero si les alcanza con decirlo en voz alta y prefieren escribir la historia directamente, está perfecto.
Entonces… ¿cuál es el plan?
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